Blas, tiene una posada a la que asiduamente van a comer el Corregidor y su Secretario. Un cazador le lleva al posadero el producto de su caza, con el fin de que se lo cocine, pero en vez de devolvérselas cocinadas al mismo, se lo sirve al Corregidor y su Secretario. Enterado el cazador de la pérdida de su caza persigue al posadero hasta el Palacio de Justicia. El posadero en su huida arrolla a varias personas, causándoles diversos daños; estas personas se quejan al corregidor y éste modifica la justicia a favor del posadero por haberle tratado tan bien, con argumentos muy tirados de los pelos.